Hola lectores del blog. Hoy vengo a hablaros del Día del Libro. Como muchos ya sabréis el día 23 de abril es el día de San Jorge, o Sant Jordi como se dice por mi tierra. Según cuenta la leyenda la villa de Montblanc estaba siendo aterrorizada por un dragón que iba acercándose poco a poco a la población en busca de alimento y agua. Cuando los habitantes ya no tenían que darle para comer decidieron ir sacrificándose poco a poco ellos mismos, pero cuando le llegó el turno a la princesa de convertirse en comida de dragón, el rey después de suplicar, llorar y lamentarse, decidió darla en sacrificio como si de un habitante más de la villa se tratara. Cuando ya la princesa iba resignada hacia su triste destino, de repente surgió un hermoso caballero vestido de blanco que dominó al animal. De la sangre de éste se formó un charco y en el mismo lugar surgió un rosal de rosas rojas. El caballero llamado Jorge le dio a la princesa una de esas rosas.
Según he leído en 1995 la UNESCO declaró el 23 de abril el Día del Libro, siendo tradicional que los enamorados intercambien un libro y una rosa. La fiesta poco a poco se va extendiendo siendo más internacional cada vez.
Yo encuentro que cualquier excusa es buena para regalar o regalarse uno mismo un libro, pues los libros son ventanas a mundos imaginarios infinitos que nos permiten vivir mucho más.
Pues bien, os hablo de todo esto porque quería contaros la iniciativa que tuvimos en Alicante Knits, el grupo de tejedoras con el que me reúno cada quince días, y del que todavía no os he hablado, pero pronto os contaré... algunas de ellas ya participaron el año pasado en Grannies Bookcrossing. Consiste en tejer una funda para un libro que estés dispuesto a regalar, registrarlo en Bookcrossing.com, y liberarlo para que alguien lo encuentre, lo lea, lo vuelva a liberar... y se convierta de esta manera en un "libro viajero". Quien lo encuentra puede acceder a la página, teclear el número que tiene cada libro registrado y hacer un comentario sobre el mismo.
Pues bien, algunas de nosotras lo hicimos este año. Esta fue mi funda, ¿os gusta?
La tejí con algunas de las lanas que me sobraron de la Manta de Elena, como si una parte de su mantita fuera a viajar y ver mundo...
En ella metí el libro Tranvía a la Malvarrosa, de Manuel Vicent
Y esta nota escrita a mano
Por la tarde, después de venir de trabajar bajamos al Paseo de la playa, donde la afluencia de paseantes estaba asegurada, y cuando hubo un momento en el que no venía nadie lo dejé sobre un banco con la nota que había escrito enganchada a la vista
e hice una foto de la vista que había desde el lugar en el que lo dejé, preciosa ¿verdad?
Tras un breve espacio de tiempo pasó una pareja (sí, lo confieso, me quedé observando desde lejos a ver qué pasaba) y lo recogieron. Esa misma noche ya tenía su nota de agradecimiento en la web de Bookcrossing, porque les había hecho ilusión encontrar por fin un libro viajero, y por la bonita funda tejida a mano. ¡A mí sí que me hizo ilusión! Ahora se trata de leer el libro y pasarlo a otra persona para que lo haga, lo que pase con la funda que tejí ya es decisión de quien la recogió, confío en que quien la tenga la sepa apreciar y la trate con el mismo cariño con el que yo la tejí.
Y vosotros ¿cómo pasasteis el día del libro? ¿Regalasteis u os regalaron algún libro?¿Alguna rosa?
Me encanta la idea, el libro y la funda!
ResponderEliminarHola. He reconocido el lugar pues es la playa en la que paso mis vacaciones en julio cada año. Qué suerte encontrarse un libro así en un lugar como ese y con esa preciosa funda!! ¿has tenido noticias del lector-a que lo encontró?
ResponderEliminarUn saludo desde León
Hola, qué casualidad que sea la misma playa. Vienes de lejos y de un clima bastante diferente... Pues si, esa misma noche entré en la web de book crossing y la persona que lo encontró ya había publicado en el "diario de viaje" del libro que lo había encontrado. Me hizo muchísima ilusión, la verdad.
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